Marty (Colin Farrell) es un guionista, sin inspiración, que está centrado en su próximo proyecto, el guión de Siete Psicópatas, para realizarlo contará con la ayuda de su amigo Billy (Sam Rockwell), que en su tiempo libre se encarga de robar perros junto a su inquietante socio Hans (Christopher Walken). Pero un día, uno de esos perros robados es un Shin Tzu, cuyo dueño es un peligroso mafioso, Charlie (Woody Harrelson) que profesa auténtica devoción por su pequeño perrito y que matará a todo aquel que ose hacerle algo.
Siete psicópatas es el segundo largo dirigido y escrito por Martin McDonagh, que ya me maravilló en su día, allá por el 2010, con la increíble Escondidos en Brujas (de la que haré un revisionado próximamente).
Esta película sigue en su estilo de comedia negra, que a muchos les trae a la memoria a los hermanos Cohen y a Tarantino. Es una ida de olla total, desde los personajes principales hasta los psicópatas que aparecen a lo largo de la cinta.
En cuanto a los actores, papelazo de Christopher Walken como siempre impecable, Woddy Harrelson y Sam Rockwell cuya imaginación y locura no tiene límites. Colin Farrell está muy bien en su papel, aunque hay momentos de la cinta que me recordaba muchísimo a Ray (Escondidos en Brujas), pero sigue demostrando que vale para la comedia.
Mención especial al Shin Tzu ya que él es el desencadenante de la trama y cuya actuación final es memorable.
Lo mejor: Las actuaciones y las historias de los psicópatas.
Lo peor: Martin baja mucho el nivel alcanzado en su ópera prima y en ocasiones recuerda mucho a esta. Huele a estancamiento (ojalá que no)
Nota: 7'5/10
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